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PÉREZ SILLER, Javier. Inversiones francesas en la modernidad porfirista: mecanismos y actores In : México Francia : Memoria de una sensibilidad común; siglos XIX-XX. Tomo II [en ligne]. Mexico : Centro de estudios mexicanos y centroamericanos, 1993. Disponible sur Internet : http://books.openedition.org/cemca/836. ISBN : 9782821828001.

Inversiones francesas en la modernidad porfirista: mecanismos y actores
Javier Pérez Siller

p. 81-129


RÉSUMÉ

Outre la stabilité politique prolongée et la croissance économique accélérée, La francisation de la société urbaine est une caractéristique du porfirisme. Il s’agit d’une voie ou d’un style que les élites ont empruntée pour faire face aux défis d’élever leur pays «vers un degré supérieur de civilisation». Les investissements français au Mexique peuvent être perçus comme les signes de cette voie, comme les conséquences de ces pratiques et comme les causes de la modernité nouvellement acquise. Ce chapitre analyse le flux des capitaux, la structure des investissements et leur originalité et passe en revue les pratiques et alliances des acteurs – émigrants et financiers de l’hexagone- pour canaliser leur épargne vers des secteurs rentables et pour garantir leurs intérêts. Il illustre également les mécanismes empruntés par le flux de capitaux, examine les liens établis avec la mondialisation et évalue aussi le sens des investissements dans la modernité porfirienne.


Plan

  • Las inversiones:monto, progresión y estructura
  • La acción de los inmigrantes galos
  • EL COMERCIO:UNA RED NACIONAL
  • SEGUNDA ORIGINALIDAD:LA INDUSTRIA 1890- 1910
  • Participación en bancos
  • Sobre actores, mecanismos y mundialización
  • Consideraciones provisionales

PREMIÈRES PAGES

Un razgo distintivo del porfiriato es el afrancesamiento que se respira en la sodedad y se palpa en la cultura urbana. Estilo que se percibe en el comercio, la moda, las fiestas, la educación, las ceremonias cívicas, la construcción del espacio, la arquitectura, el arte, la literatura, la música, la poesía, los debates parlamentarios y periodísticos, las ciencias médicas, la ingeniería, la administración, así como en la creencia enciertas formas para gobernar y hacer política, y hasta en las perspectivas y vías individuales para progresar en la vida. El afrancesamiento fue una sensibilidad compartidapor un sector ciertamente minoritario de la sociedad, las élites, pero que irradió a su conjunto y floreció sobre todo en los centros urbanos.

Esos sectores dirigentes tuvieron que afrontar varios procesos subterráneos que vivió el país:primero, consolidar una autoridad reconocida a nivel nacional, luego, acelerar el tránsito de una sociedad colonial a nacional-enpalabras de los miembros prominentes del régimen:«llevar el país a un estadio elevado de civilización»-, por último, adaptarse de una formaprovechosa a las tendencias de la mundialización.Esos desafíos se superaron y acompañaron la articulación de un mundo cosmopolita-un milieu-,integrado por actores nacionales y extranjeros, que con sus prácticas y creencias adoptaba, producía y reproducía una cierta manera de devenir y ser moderno;una sensibilidad afrancesada que ayudó a dar respuestas originales.

Las inversiones francesas pueden ser vistas como signos de esos procesos, consecuencias de esas prácticas, causas de la modernidad, sostén del poder y articulación de los mecanismos de la mundialización. Con esa mirada, en este capítulo analizo el significado que tuvieron las inversiones galas en la historia, la política y la cultura del porfiriato. Iniciaré con el estudio de los montos de los capitales, su estructura y los ritmos de su llegada.Continuaré identificando los agentes que la hicieron posible, los giros donde se insertaron, para descubrir las imbricaciones e impactos en la economía y las relaciones con los diferentes actores sociales.

En ese recorrido nos guiarán varias preguntas:¿cuál es la originalidad e importancia de las inversiones francesas en México?,¿qué papel jugaron los actores económicos y políticos para canalizarlas a sectores productivos?, ¿qué sentido tuvieron en el modelo de progreso impulsado por losCientíficos?y ¿cómo contribuyeron a la modernidad porfirista?, en fin, ¿de qué manera y hasta qué punto apoyaron la creación de un mundo,«un milieu», afrancesado y favorecieron su reproducción?, ¿esas prácticas contribuye ron a crear una sensibilidad particular e inédita diferente a la colonial?.


Las inversiones:monto, progresión y estructura

Durante el siglo xix los procesos de mundialización encuentran una palanca formidable en la exportación de capitales. Los especialistas señalan que su flujo se acelera desde los años 1840, a través de fases medias y cortas, y que alcanza su mayor crecimiento entre los años 1900 y 1913. Las inversiones francesas en México forman parte de este flujo que tiene su origen en el ahorro interno, generado por las revoluciones industrial y financiera que vivieron las potencias europeas a mediados del sigloxix.

El monto de las inversiones galas en México, como el de otras naciones, sigue siendo aproximado. Para 1910 las diferentes fuentes dan cifras desiguales que oscilan entre los 2 mil y 4 mil millones de francos (de 900 a 1 800 millones de pesos). No existen estudios recientes que superen los datos elaborados por Nicolau d’Olwer, en la Historia moderna de México. Cifras que fueron obtenidas en los años 1950 con base en la consulta de documentos financieros y diplomáticos y que, a pesar de la distancia, a nivel macro siguen siendo realistas y autorizadas.

Con base en esa información podemos medir la importancia de los capitales galos frente al de otras potencias.

Inversiones francesas en la modernidad porfirista mecanismos y actores Open Edition Books
INVERSIONES EXTRANJERAS EN MÉXICO:1911.(MILLONES DE PESOS)

Las inversiones francesas son apenas diez puntos porcentuales menores a las de los eu (potencia emergente, pero con vocación hegemónica en el continente americano) y dos puntos menos que las británicas. En realidad la diferencia que las separa es mínima, lo que bastaría para borrar la imagen, tan difundida en la historiografía sobre el porfiriato, que subraya la importancia de las inversiones norteamericanas e inglesas, a veces hasta las alemanas, y deja al margen o de plano no toma en cuenta las francesas.

Esa visión subestima la capacidad de ahorro y de exportación de capitales que tenía Francia durante la Belle Epoque. Las estadísticas señalan que Gran Bretaña se convirtió en el banquero del mundo, exportó más de 20 mil millones de dólares hasta 1913, mientras que Francia alcanzó 9 mil millones, Alemania casi 6 y Estados Unidos apenas 3.5 mil millones de dólares. La capacidad de inversión fue mayor para la Gran Bretaña, pero los factores geoestratégicos -cercanía y complementariedad con la economía- y culturales -usemos esa expresión para designar la sensibilidad afrancesada que adoptaron las élites y derramaron hacia la sociedad- fueron determinantes para que se modificara la jerarquía entre las potencias. Así lo atestigua la relación entre lo que cada una invirtió en México con el volumen global de capitales que exportó. Esa relación indicael grado de interés de la potencia en el país. Así para Estados Unidos es muy alta, 37 %, lo que revela el incentivogeoestratégico, lo mismo que para Francia, de 11 %, el doble que para Gran Bretaña, 5 %. Esa diferencia estuvo determinada por los intereses puestos en juego:para EU se trata de obtener materias primas necesarias a la pujanza de sus empresas;mientras que Francia dio salida a los ahorros de pequeños rentistas y atendió necesidades de sus emigrantes, lo que contribuyó a crear una cultura urbana afrancesada. Establecidos el volumen de las inversiones galas, su magnitud, su pujanza, su rango e intereses con relación al de otras potencias,conviene evaluar la importancia que ocupó México como lugar de destino de capitales franceses hacia América latina.

Aunque la fuente es vieja y hemos respetado las cifras, muy inferiores a las que arrojan otras referencias y autores, el cuadro muestra que los capitales franceses se concentran en tres países:Brasil, Argentina y México;juntos absorben ¡90 % del total!¿Serán regiones donde el afrancesamiento se acentúa?, seguramente, pero también se trata de países nuevos en plena modernización y con grandes necesidades de recursos frescos.

En cuanto a México, en 1902 ocupaba un puesto modesto junto a Uruguay, tres veces menor al de Brasil, menos del 10 % del total de capitales invertidos en la región, mientras que para 1913 esa cifra se multiplica y alcanza casi una cuarta parte del total.Estamos frente a un cambio radical. Una acelerada progresión de inversiones hacia México:en once años se multiplican por 6.6, contra 5 paraBrasil y apenas 2.1 para Argentina, ¡resulta la progresión más activa!Se puede afirmar que de 1902 a 1913, para los inversionistas galos México se convirtió en el mercado financiero más atractivo de América latina.Tendencia que nos obliga a preguntarnos sobre las razones, a descubrir ¿quiénes fueron esos inversionistas?, ¿qué mecanismos construyeron para orientar sus capitales? y ¿cómo lograron garantizar sus intereses?

Pero antes de responder esas interrogantes veamos cuál fue el ritmo de llegada de esas inversiones. Veamos para ello el cuadro establecido con base en datos de distintas fuentes, no exactos ni exhaustivos, pero que indican su tendencia.

Desgraciadamente no es una serie anual completa, pero al relacionarla con los cambios internos en la política económica y diplomática permite establecer momentos en el flujo de inversiones galas.El primero,de instalación y arraigo,va del restablecimiento de las relaciones diplomáticas, 1880, hasta 1890, fecha en que el gobierno mexicano consolidó su política de apertura hacia el exterior -se restablecen las relaciones con Francia, 1880, con Gran Bretaña, 1884, se reconoce la deuda inglesa, 1885, se firma un tratado de comercio y amistad con Francia, 1886, se obtiene el primer empréstito extranjero, 1888, y se establece una legislación completa para otorgar privilegios y subvenciones a las inversiones en nuevas industrias. Es el tiempo de la concesión que otorgó el gobierno a financieros franceses para fundar el Banco Nacional de México, tiempo de la afirmación de los comercios de inmigrantes galos y de la instalación de industrias mineras como El Boleo, en Santa Rosalía, Baja California, y la compra de las primeras fábricas de textiles en Orizaba, Veracruz, por los patronesbarcelonnettes.Los montos invertidos son aún modestos (150 millones de francos), pero se establecen sólidas bases en giros que serán estratégicos.

El segundo momento, de crecimiento y expansión, va de 1890 a 1904, es el tiempo en el que las tiendas de ropa y novedades se transforman en grandes almacenes, en que se instalan modernas industrias productoras de bienes de consumo masivo y los capitales galos seexpanden al sector bancario, donde contribuyen a la creación de instituciones nacionales y regionales; los montos se han duplicado. Aquí se finca la infraestructura para el gran arribo de capitales que ingresaron en un tercer momento, 1905 a 1913, el de lafiebre de inversiones y de especulación; momento estimulado por la Reforma monetaria, por las nuevas leyesmineras y, sobre todo, por la apertura de la Bolsa de París a los valores mexicanos. Durante los últimos años, 1908-1913, -fin del régimen porfirista-, se desata la especulación: los capitales galos se multiplican por 2.5; ingresa más de la mitad de lo invertido durante todo el periodo. Ese febril flujo de recursos se articula a una voluntad política de París por consolidar la influencia gala en México y, sobre todo, al prestigio exterior del régimen de Porfirio Díaz

En todo caso los montos y flujos de inversiones deben relacionarse con las prácticas e intereses de los actores nacionales y extranjeros que los canalizan, así como con las hitensiones de quienes elaboran y difunden las cifras que dan cuenta de ellos. En este sentido vale la pena evocar un caso que aporta luz sobre los montos y los intereses implicados. Se trata del folleto publicado en 1913 por el periodista francés Alexis Caille, donde apoya la solicitud de créditos que hizo el gobierno del general Huerta a los bancos galos, con el fin derestablecer el orden y garantizar los «cuantiosos intereses franceses». El publicista considera que la «revolución»responde a una lucha entre potencias por el control de la región

Los acontecimientos que vive actualmente México ponen oficialmente en oposición, por primera vez, los intereses de Estados Unidos con los de las naciones de la vieja Europa.La cuestión mexicana se ha convertido en una cuestión de interés mundial.

Con ese diagnóstico, Caille hace una reseña sobre la rápida expansión de los interesesnorteamericanos y la confrontación con los de los franceses, que evalúa en 4 000 millones de francos. De ese total, 1 700 millones -señala- son valores colocados en el mercado oficial de la bolsa de París, mientras que 2 400 corresponden a bonos que circulan en el mercadobancario. El autor también reconoce que si esas cifras son impresionantes, el monto de la inversión francesa no es exagerado, ya que no incluye los intereses industria les y comerciales en manos de inmigrantes galos, que calcula en más de 500 millones de francos.En total los intereses galos en México se elevarían a 4.5 mil millones de francos.

El monto puede ser exagerado, pero tiene la virtud de revelar las urgencias de los intereses implicados en ese momento. El folleto de Caille fue publicado con financiamiento del gobierno de Huerta con el fin de «defender el buen nombre de México e influir en el espíritu de los diputados franceses».La publicación pretendía contrarrestar la ruidosa oposición que hada la Junta carrancista (cuyo vocero en Franda fue Luis Cabrera) contra la autorización del crédito solidtado por Huerta y gestionado por el Banque de Paris et des Pays Bas, más conoddo comoParibas. Préstamo que serviría para pagar deudas anteriores, comprar armamento y reribir -de Franda, Gran Bretaña y Holanda- un reconocimiento tácito al gobierno frente a la oposición manifiesta deWashington.Eso explica el tono y la fuerza de los argumentos utilizados en el folleto, así como lo elevado de las cifras. Pero también refuerza la hipótesis de que los inversionistas franceses, muy activos en llevar sus capitales a México durante esos años, se empeñaron en restaurar el Antiguo régimen que consideraban más adecuado para proteger sus intereses.

Esas hipótesis nos conducen a estudiar los mecanismos que articularon los capitales galos a la economía y, sobre todo, a descubrir los vínculos que los inversionistas franceses establecieroncon los demás actores sociales. En otros términos preguntarnos ¿cuáles fueron las imbricaciones entre inversiones galas y economía? y ¿cuáles las relaciones entre in versionistas, actores sociales y régimen político?Al parecer fueron estrechas y complejas.

Una primera respuesta la encontramos en el examen de la naturaleza de los capitales invertidos en México y en el estudio de los ramos a los que se destinaron. Las dos fuentes oficiales con que contamos -la producida por elOffice National des Valeurs Mobilières, creado en 1916, y la delComité International pour la Protection des porteurs de valeurs mexicaines,creado a principios de 1920- asientan solamente los valores en portafolio, inversiones indirectas, que clasifican por el lugar donde fueron cotizados.

Los totales de inversiones son cifras menores a las avanzadas por Caille, casi la mitad. Pero en las dos fuentes los valores cotizados en París resultan superiores, más de 1 900 millones contra 1 700. Esto significa que esas fuentes sobrevaloran las inversiones indirectas, ligadas a mecanismos -emisión de acciones, venta de bonos, títulos u obligaciones- sujetos a la aprobación del gobierno francés. Cada nueva emisión requería de autorización que se obtenía en función de la estrategia expansionista del Estado, las ventajas del«negocio»y sobre todo el clima de confianza que inspirara el país. Este último influido por la estabilidad política, la prosperidad económica y la imagen creada por la información difundida por laprensa, la diplomacia, los viajeros, los inmigrantes galos y la publicidad del gobierno mexicano, como en el caso que vimos del folleto de Caille.

Otra pista para descubrir las imbricaciones económicas y políticas es analizar la estructura del destino de las inversiones galas. Pista que exploramos en uno de los capítulos del libro anterior y que servirá para dialogar con las cifras avanzadas por elComité International pour la Protection des porteurs de valeurs mexicaines.

La estructura de inversiones francesas analizada en el capítulo anterior difiere mucho de la imagen que da este cuadro.Aunque la comparación debe hacerse con tiento y sólo es indicativa, aquí vemos otro ordenamiento.El primer rango lo ocupan las sociedades mineras, los Fondos de Estado bajan a segundo lugar y los ferrocarriles a quinto.Resalta que los bancos y las sociedades industriales superen por mucho a los ferrocarriles.Es de notar la elevada proporción de inversiones en valores bancarios ¡el doble que la anterior!.Así, tenemos que las inversiones galas se orientan por un lado a los fondos garantizados por el Estado, deuda pública y ferrocarriles (se trata de valores que se introdujeron en el mercado francés), y por otro al sector bancario y a la industria privada.Los dos últimos se completan con las inversiones en el comercio (9 %), no contempladas por esta fuente.

Así, la estructura se confirma pero cambia una de las tendencias que señalamos en el trabajo anterior:aquí los fondos públicos son minoritarios, 34 % contra 49 %, mientras que los privados son mayoría, 66 %, lo que abre un debate en torno al carácter de las inversiones.Sin embargo, su sentido y su lógica se mantienen.Sobre todo cuando sabemos que esas fuentes se limitan a los valores en portafolio (acciones, hipotecas, etc.) y no ofrecen datos sobre las inversiones directas, en particular aquellas destinadas a la industria y el comercio. En este sentido la estructura del cuadro del libro anterior era superior, incluía la estimación de Inversiones en el comercio y permitía realizar un análisis más complejo que subraya la originalidad de las inversiones francesas:su complementariedad.

La complementariedad se refiere, por un lado, a su cercanía al poder -preponderancia en fondos de Estado- que les confiere una posición ventajosa frente a inversiones de otras nacionalidades, para obtener concesiones, contratos y privilegios del gobierno. Y por otro lado, son dominantes en comercio, industria y bancos, es decir complementarias en su lógica reproductora. Una lógica que responde más a las necesidades internas de la economía urbana mexicana que a las de la metrópoli (como las inglesas o norteamericanas que seconcentran en ferrocarriles, minas, petróleo y obras públicas, sectores que permiten colocar productos metropolitanos y obtener materias primas necesarias para sus economías en expansión).

La doble lógica de las inversiones galas es el resultado de las prácticas de los actores que ayudaron a introducirlas y orientarlas en los ramos pertinentes, y está determinada por los mecanismos que fueron construyendo para ello.Aquí convergen dos tipos de actores:el primero corresponde al de los inmigrantes franceses en México, y el segundo, a los inversionistas metropolitanos ligados a los grandes bancos.Los mecanismos para canalizar y garantizar las inversiones, así como las prácticas de ambos actores fueron distintos, pero a veces, muy a menudo, también fueron complementarios.


La acción de los inmigrantes galos

[…]

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