
Sinopsis
Hacia 1900, la capital de la República Argentina se instaló en el concierto internacional como una metrópoli cosmopolita, suerte de portal del « granero del mundo » por el que ingresaban millones de inmigrantes europeos. El prestigio de Buenos Aires era tanto que fue bautizada como « la París de América Latina ».
Por esa misma época, la cultura francesa alcanzó el cenit de su irradiación universal. Así, París se transformó en modelo a emular. La francofilia de la elite argentina y la avidez porteña por consolidar la capital de un imperio imaginario hicieron posible la aclimatación de la arquitectura francesa a orillas del Río de la Plata.
Tanto en el ámbito público como en el ámbito privado se proyectaron y construyeron edificios, calles y jardines a la francesa. Pero la transposición no fue literal. Hubo adaptaciones, combinaciones y traducciones que dieron por resultado una producción absolutamente singular. También se produjeron evoluciones que no se dieron en la mismísima Francia. Ocurrió que la Argentina observó bien de lejos la Primera Guerra Mundial, con el resultado de que ese brutal corte no la afectó tampoco en el campo de la arquitectura.
De ese modo, se pueden encontrar piezas que aparecen como la descendencia « ilegítima » de la cultura arquitectónica francesa, refugiada en ultramar.
Muchas piezas derivadas de esta experiencia francesa en la edilicia de Buenos Aires son apasionantes canteras que ayudan a descifrar las apetencias, pasiones, ambiciones, ensoñaciones o delirios de una parte de la sociedad argentina.
Este gran conjunto de testimonios conformó un patrimonio cultural e inmueble de suma importancia para la ciudad, por su variedad, calidad y diversos valores. Este libro es una indagación sobre el tema que, sostenido en una intensa curiosidad, explora un grupo de diversos casos paradigmáticos. El recorrido visual y las lecturas propuestas pretenden mostrar la riqueza del conjunto, redescubrir los valores que encierra y reivindicar algunos aspectos de hacer arquitectura y ciudad a la manera -por qué no decirlo así- porteño-francesa.
4° de couverture sur le site de l’éditeur
La influencia de la arquitectura francesa en la ciudad de Buenos Aires ha sido determinante en algunos períodos de su historia, especialmente a principios del siglo XX, cuando se construyeron las grandes residencias en la zona que se extiende desde Retiro hasta Recoleta y que culmina en torno a la plaza Carlos Pellegrini. El estilo predominante fue el del clasicismo francés de los siglos XVII y XVIII. Por ello se conoció a la ciudad como la “París de Sudamérica”. Las fotografías de Xavier A. Verstraeten recorren las casas que aún se mantienen en pie, la mayoría de ellas convertidas en imponentes sedes de embajada. Los textos de Fabio Grementieri, arquitecto especializado en patrimonio, enriquecen con sus datos históricos y detalles de la arquitectura y decoración este verdadero documento de un estilo de vida suntuoso que pertenece al pasado de la Argentina.
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